jueves, 28 de noviembre de 2013

Atenas, Santorini y Creta

Atenas


Al tratarse de una ciudad con tanta historia, yo esperaba encontrar más monumentos y más sitios que poder visitar. Sí que podemos disfrutar de algunos lugares que aparecen por la ciudad mientras vamos paseando, como el Estadio Panatenaico, el templo de Zeus o el jardín Nacional. A parte de esto, optaría por hacer tres cosas principalmente:

Lo primero dar un paseo por el barrio de Plaka e ir descubriendo sus calles, sus tiendas de souvenirs y sus restaurantes, donde poder degustar una ensalada griega, una buena Moussaka y de postre un yogurt.





Lo más importante, y visita obligada, es la Acrópolis. Dando un paseo (tiene más de un acceso) de constante subida se llega a lo más alto de la montaña, donde están los principales atractivos de la ciudad (Partenón, Propileos, Erecteion...). No te lo puedes perder.



Para finalizar, es singular poder ver el cambio de guardia enfrente del edificio del parlamento, en la plaza Sintagma. Es muy original ver la vestimenta de los guardias y su forma de caminar.





El resto de Atenas yo lo encuentro bastante prescindible.


Santorini

Es la isla ideal para relajarse y desconectarse del mundo. Tiene varios pueblos, pero el más importante (donde estaba alojado) se llama Fira (o Thira). Alquilar un coche abre un mayor abanico de posibilidades.


Fira es un buen lugar  para descansar, disfrutar de un paisaje increíble y comer bien, con camareros que hablan español por todos lados. Lo que conozco bien es el puerto. Por cuestiones climatológicas perdimos el dinero del billete que habíamos comprado desde Barcelona para ir desde Santorini a Creta, ya que se anuló el trayecto. Finalmente, después de más de 6 horas de espera, pudimos comprar otro billete, con un ferry más grande que hacía el mismo recorrido. 
Los cruceros que llegan al puerto de Santorini tienen un medio de transporte curioso hasta el centro de Fira: el burrotaxi.


Otro pueblo que no hay que perderse en esta isla es el de Oia, que ofrece las típicas vistas de postal. Desde Fira hay un autobús que en poco tiempo te lleva allí.



Creta

En esta isla descubrimos que para conducir por las carreteras griegas, tienes que ser un experto. Cogimos un coche de alquiler y estuvimos recorriendo algunos lugares del norte. Para circular tienes que hacerlo por el arcén, dejando el centro de la carretera libre por si alguien te quiere adelantar.
 En esta ocasión nos dejamos llevar por los consejos del propietario de la empresa de coches de alquiler, que nos dijo qué visitar, y tengo la sensación que nos perdimos rincones interesantes. 
De los lugares que vi me quedo con el Palacio de Knossos y con el pueblo de Ayios Nicolaos. Si repitiera el viaje seguramente visitaría otros que he descubierto a posteriori, como Rethymnon o Canea.

Palacio de Knossos
Ayios Nicolaos


Los amantes de la playa también pueden disfrutar de alguna de arena fina interesante.
Y a los locos de los maratones, aquí encontramos el origen de todos. Hagamos un poco de historia:

2.500 años han pasado desde la Batalla de Maratón. La primera y aplastante victoria de los Griegos frente los Persas, que acabó con la hazaña de un mensajero que corrió para anunciar la victoria y murió por el esfuerzo. Pero, ¿quién corre 40 kms con tal premura sólo para anunciar una victoria?
Para empezar, lo cierto es que no corrió tal distancia, sino aproximadamente 200 kms más, y no marchaba feliz por una victoria contra todo pronóstico, en realidad corría para pedir auxilio a los espartanos. La sombra persa se cernía sobre el mundo griego.

Así si se explica que este mensajero se diese tanta prisa en llegar a su destino. Tardó menos de 48 horas en recorrer esos 240 kms y tras anunciar la llegada de los persas se desplomó. El nombre del corredor mártir sigue siendo motivo de debate. Unos se decantan por Filípides otros por Fidípides, pero cualquiera que fuese su nombre lo cierto es que su sacrificio no sirvió de mucho. Los espartanosestaban celebrando la Karneia y según sus costumbres no podían acudir a la batalla durante los nueve días que duraba esta festividad. 

Las mentiras o errores que hay en torno del Maratón son muchas más. En primer lugar la fecha en la que Filípides comenzó su última carrera tuvo que ser antes de la batalla (ya que iba a pedir refuerzos) y no después como mucha gente sostiene. En segundo, se creía que la batalla había sido el 29 de septiembre del 490 a.C., pero en la actualidad se ha tomado como referencia la fiesta de la Karneia en el calendario espartano y no en el ateniense. Así, la fecha aceptada es la del 12 de agosto. 

Siguiendo con la lista de equívocos comunes, esta carrera nunca se celebró en las olimpiadas antiguas, sino solamente a partir de que Coubertin fundase los Juegos Olímpicos modernos en 1896. La distancia que se corrió en este Maratón fue de 41,8 km, porque se calculó que ésa era la distancia que había entre Atenas y la ciudad que le da nombre. La distancia con la que se compite actualmente se instauró en las olimpiadas de 1908 en Londres. El príncipe de Gales decidió dar la salida desde los jardines del castillo de Windsor, lo cual dio la actual cifra de 42.195 km


Grecia es un país con mucho que ofrecer y no descarto en un futuro volver por esas tierras.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cuando el Ebro también es catalán

En esta ocasión os propongo una ruta circular que, evidentemente, no he hecho "del tirón". Se trata de ir un día a un sitio, otro día a otro, un fin de semana por aquí y otro por allá.
El punto de partida es Barcelona. Obviamente no voy a descubrir nada de esta ciudad, pero si que diré que no dejéis de subir a la Carretera de les Aigües. Tiene un recorrido prácticamente llano de 19 km (señalizados) en los que se puede ir en bici, correr o simplemente dar un paseo. Ofrece unas vistas espectaculares de Barcelona.                                                                                                




Si vamos bajando por la costa encontraremos infinidad de carreras de la distancia que más me gusta, la media maratón. Todas las que os pongo a continuación las he corrido en una o más ocasiones. No me quedo con ninguna en concreto. Todas me han servido para conocer un poco más los pueblos en los que he "competido":
Gavá, Sitges, Cunit, Vilanova, Tarragona y Reus.

Y como pueblos y zonas de costa me quedaría, aparte de los mencionados anteriormente, con la Playa de Sant Salvador y la visita al museo Pau Casals, el parque de Port Aventura (si vas a Salou en verano prepárate para las aglomeraciones de gente de día y ver guiris borrachos por la noche), la original urbanización del Roc de Sant Gaietà, cerca de Roda de Barà, Altafulla y l'Ametlla de mar.

Roc de Sant Gaietà

Altafulla

L'Ametlla de mar

Y aunque yo no supe sacarle provecho, a los amantes de la naturaleza les recomiendo que vayan al Delta del Ebro. Allí se pueden observar diferentes especies de pájaros. Fue el primer lugar donde probé las ancas de rana. Lo que si me gustó hacer es tomar un barco que te lleva hasta la desembocadura del Delta. Ver como el agua del río se mezcla con la del mar es curioso. Aconsejo hacer este "minicrucero" lo más tarde posible para poder disfrutar de la puesta de sol.




Y ahora vamos a hacer el camino de vuelta, pero por el interior. Comenzamos haciendo la visita a Horta de Sant Joan. A mi personalmente es un pueblo que no me gustó, pero como hay mucha gente que opina lo contrario, pues aquí lo dejo.

En el pueblo de Benifallet se pueden hacer un par de actividades interesantes. La primera es la visita a las cuevas Meravelles, que si bien son pequeñas, son interesantes de visitar. La segunda es un recorrido en barco por el Ebro hasta el pueblo de Miravet.

Miravet
Cuevas Meravelles


Seguimos nuestra ruta y llegamos a Siurana, un pueblo tranquilo con unas vistas espectaculares.


Siguiendo por el interior nos encontramos el pequeño y frío pueblo de Prades y un poco más hacia el norte, Montblanc. Durante unos días en Sant Jordi, organizan unas jornadas medievales muy divertidas, eso si, hay que llegar pronto para poder aparcar cerca. Os dejo un enlace.


Prades
Montblanc


Otros pueblos relativamente cercanos interesantes son los de Guimerà, Cervera y Tárrega, con su semana de "Teatre al carrer".

Guimerà

Y como otras cosas que se pueden hacer en este recorrido están la visita a las "Fonts de les Deus" en Sant Quintí de Mediona, al monasterio Budista del Garraf y a una de las Cavas existentes en Sant Sadurní (yo he hecho las de Freixenet).

Monasterio budista

Como punto culminante aconsejo hacer la ruta del Císter, con los monasterios de Poblet, Vallbona y Santes Creus. A mi, particularmente, me gustó más el de Poblet, pero todos tienen su encanto. Para no enrollarme más os dejo un enlace.


Otro día seguiré hablando de las posibilidades que ofrece Catalunya y recordad siempre que...

 "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".

viernes, 15 de noviembre de 2013

Lisboa






Lisboa

Es una ciudad de la que guardo un buen recuerdo sobre todo por dos motivos: fue la primera capital europea que visité en el extranjero y, años más tarde, fue la primera (y de momento la única) vez que corrí un maratón fuera de España.
La primera impresión que te puede dar la ciudad es que es un lugar descuidado e incluso sucio. Pero a medida que pasas el tiempo en ella aprecias que tiene un encanto especial.
Mi llegada a Lisboa fue a través del puente 25 de abril. La sensación era la de estar entrando en San Francisco (mirad la foto).




Para ver lo esencial de Lisboa con dos o tres días es suficiente. Básicamente yo optaría por hacer tres tipos de recorrido.
- Primero me daría un paseo por la zona más comercial y animada (Plaza del Rossio, Avenida Liberdade, Plaza del Comercio. Esta zona es conocida como la Baixa).


- En segundo lugar cogería el tranvía 28 en alguna de sus paradas y subiría hasta el Castillo de San Jorge (hay que pagar entrada). A continuación visitaría el mirador de Santa Luzia. Para volver a la zona comercial iría andando, cruzando el Barrio de la Alfama, por la calle que pasa junto a la Catedral. Por esta zona hay varios restaurantes donde, a buen precio, puedes degustar unos platos exquisitos. Todavía me acuerdo de una caldereta de marisco espectacular que me comí. En toda Lisboa son muy típicos los platos de mar, en especial el bacalao.


- Por último cogería el tranvía 15, que recorre una de las pocas zonas llanas de Lisboa, para visitar la torre de Belem, el monumento a los descubrimientos y el monasterio de los Jerónimos.


Y para salir por la noche la mejor zona es la del Bairro alto. Es un lugar lleno de bares, restaurantes y locales para tomar algo o para escuchar algún Fado. Se puede acceder a través del elevador de Santa Justa (en la última planta hay unas buenas vistas de la ciudad)



El maratón de Lisboa, aunque me hizo ilusión correrlo, no es de los que yo más recomendaría. Tiene un recorrido muy exigente de continuas subidas y bajadas y pasa por una zona muy larga que tiene que ser muy dura en un día de viento. Los seis últimos km son de pendiente constante. Tampoco me gustó que, a mitad de carrera, nos juntáramos con otras distancias que se corrían a la vez, por el mismo trazado.


Si disponéis de vehículo propio podéis acercaros al Palacio de Queluz, a la playa de Estoril y sobre todo, al Palacio da Pena en Sintra.

Palacio de Queluz

Palacio da Pena

 Y eso es todo. Os dejo unas palabras de Eugenio de Andrade,

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ruta aragonesa

Aragón es una comunidad con multitud de lugares interesantes para ver y que, debido a su relativa cercanía con Barcelona, bien merece ser visitada en escapadas de dos o tres días para ir descubriéndola poco a poco (ideal para puentes y fines de semana). A continuación os explico algunas experiencias que he tenido por esas tierras. Para hacerlo más sencillo lo he dividido por provincias.

Zaragoza

Es una ciudad que he recorrido de punta a punta y también por su periferia, ya que participé en la maratón del 2009. Es una carrera bastante llana, pero un poco aburrida, ya que gran parte del trazado sale del casco urbano. Tiene una buena organización.
De la ciudad puedo decir que la visita obligada es a la Basílica del Pilar. Como curiosidad comentar que en el techo, el año que la visité, todavía podían verse los agujeros provocados por unas bombas caídas durante la guerra civil.
Para ir a comer algo, la zona más animada es la del "Tubo". No olvidéis comprar esos caramelos gigantes, típicos del lugar.


Como pueblo con encanto destacaría el de Sos del Rey Católico. Es de esos pueblos de piedra, de calles empinadas, que te atrapan cuando vas paseando. Es el lugar de nacimiento de Fernando el Católico.


Y para finalizar con la provincia recomiendo visitar el Monasterio de Piedra, un paraje natural de grutas y cascadas de gran belleza. Es una ruta de unas dos horas y media y se tiene que pagar una entrada de unos 15 euros. Merece la pena.



Huesca

La ciudad no tiene mucho que ver, pero por la provincia puedes disfrutar de lugares increíbles. Si buscas naturaleza y tienes buenas piernas debes probar la experiencia de visitar el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Yo hice la ruta hasta la cascada de la cola de caballo y me encantó. Tienes otras posibilidades. Hay unas tres horas de subida desde el aparcamiento (en verano tienes que subir hasta aquí en un autobús desde el pueblo de Torla). El camino de vuelta, de bajada, es más rápido y llevadero. Os dejo un link con la ruta.


Los más atrevidos podéis probar un camino más duro; la senda de los cazadores

Tanto Panticosa como Alquézar son dos de esos pueblos que son bonitos para pasear, pero que lo mejor está cuando descubres senderos y rutas en los alrededores. Del segundo, hay una ruta circular que sale del final del pueblo, que es la del cañón del río Vero, que pasando por unas pasarelas clavadas en la roca, va recorriendo parte del cañón. Aunque es sencilla, no es apta para los que padezcan un poco de vértigo.
                     

Aínsa es otro de esos lugares en los que hay que hacer una parada para caminar por sus calles empedradas.

 Jaca es un pueblo de arquitectura más moderna. Hay una ciudadela que se puede visitar que tiene un foso donde, con un poco de suerte, podemos ver a los ciervos que allí viven.

 Cerca de esta población, a unos 20 km, está el monasterio de San Juan de la Peña. Su encanto reside sobretodo en que está incrustado en una roca. Es difícil aparcar cerca en temporada alta.

Y finalmente, si te pilla de paso, hay tres sitios a los que no está mal echarles un vistazo: el santuario de Torreciudad (del Opus Dei), el pueblo restaurado como centro vacacional de Ligüerre de Cinca y el salto de agua de Bierge.




Teruel

De esta provincia destaco la propia ciudad, que existe, y es muy agradable para recorrer, aunque sólo te lleve una mañana (torres mudéjares, Mausoleo de los amantes, Catedral...). A la entrada del pueblo (no sé decir si es la Norte o la Sur), nos encontramos con Dinópolis. Si tienes niños y le gustan los dinosaurios, este es el lugar indicado para ir.
Plaza del torico
 Los otros pueblos que he visitado son de esos de piedra que tanto me gustan y que se descubren callejeando. En vez de describirlos uno a uno, os dejo algunas fotos. 
Mirambel

Valderrobres

Iglesuela del Cid

Rubielos de Mora

Mora de Rubielos

Sí que quiero hacer una pequeña referencia a Albarracín, un pueblo del que se dice que es de los más bonitos de España (idea que comparto). Aquí no se trata solamente de andar por sus calles. Hay que subir a la muralla, pasear por ella si no tienes vértigo (peor que las pasarelas de Alquézar) y gozar de unas magníficas vistas del lugar. A unos 4 km nos encontramos un sendero interesante con unas pinturas rupestres y que está bien indicado.

Y seguro que todavía me queda por descubrir algún bello rincón de esta comunidad.