lunes, 7 de noviembre de 2016

Frankfurt, ciudad de contrastes

Sábado veintinueve de octubre. Cinco de la mañana. Cuatro "estrellas" naranjas iluminan las calles de Pallejà. Meses de duros entrenamientos se van a plasmar en el asfalto, de una de las mayores ciudades financieras de Alemania.
Cada uno de nosotros viaja con un objetivo: Carlos intentará acabar entre 3h 20' y 3h 25'. Paco, que no ha llegado a punto para la carrera, da por bueno hacer una marca en torno a 3h 30'. Tanto Goyo como yo, intentaremos hacer una marca de 3h 10'.



Pero vamos por partes. ¿Por qué Frankfurt? Pues por diferentes motivos. Es un circuito llano, con una buena previsión de temperatura para correr, con un puente que nos permitirá alargar la estancia, ideal para hacer turismo de pocos días...

Día 29

Después de un desayuno excesivamente matutino, nos dirigimos al aeropuerto del Prat. Tras un retraso de algo más de cuarenta minutos, el avión parte hacia Frankfurt, que tiene uno de los aeropuertos más grandes del mundo, y de los más transitados de Europa.



El aterrizaje es toda una experiencia, ya que cuando el aparato está a punto de tomar tierra...vuelve a subir. ¡Que sensación más extraña!
Una vez en tierra, cogemos el tren, que por poco más de 4 €, y en menos de 15 minutos, te deja en el centro. Diez minutos más andando desde la estación, y ya estábamos en el hotel para comenzar nuestra andadura por la ciudad del "perrito caliente".
La primera parada fue la feria del corredor. Después de recoger el dorsal, toca visitar los diferentes stands (con información sobre carreras, material deportivo, alimentación para el corredor...).



Sobre la marcha, decidimos ir a la "pasta party", un gran espacio dónde los corredores podíamos comer y beber con unos cupones que nos dieron con el dorsal.




Ya por la tarde, empezamos a recorrer la ciudad. Frankfurt es una ciudad de muchos contrastes: grandes rascacielos y casco histórico de pequeñas casas, calles con tiendas de ropa, otras llenas de nightclubs, gente vendiendo marihuana, ejecutivos de corbata, Audis, Porsche y pequeños utilitarios..
Destaco de este primer día el paseo por la tarde. Pudimos ver, entre otras cosas:

Zona financiera




El edificio Hauptwache



Toro y oso de la bolsa


Edificio BCE


Ya se estaba haciendo tarde, así que después de un par de intentos frustrados en dos restaurantes, entramos a un local dónde pudimos comer unas pizzas. Al acabar, de nuevo al hotel. El día siguiente iba a ser duro.

Día 30

Nos despertamos antes de lo previsto "gracias a la eficacia" de la recepcionista del hotel, que nos avisó una hora antes (no tuvo en cuenta el cambio de hora de la madrugada). Desayuno ligero cerca del hotel, y después de cambiarnos, nos dirigimos hacia la salida. Nuestro alojamiento se encontraba a escasos 10 minutos. Dejamos las bolsas, calentamos un poco y nos situamos para empezar la carrera.


Una cuenta atrás en inglés, después de una serie de recomendaciones (supongo) en alemán y, empieza la prueba. 

Los primeros km van pasando sin dificultad. Al principio muy pendiente del crono. Necesitamos establecer un buen ritmo de carrera. La intención era hacer la primera parte en 1h 33' y la segunda, intentar perder poco tiempo, para poder hacer 3 h 10', equivalente a un ritmo de 4'30'' el km. Goyo, Paco y yo vamos juntos. Carlos hace su carrera. Paco es consciente de que llevamos un ritmo que no podrá seguir, pero decide aguantar todo lo que pueda. El paso por los km 7, 10 y 14 se pasan según lo previsto. Es una zona más urbana y vas viendo grupos de gente que animan a nuestro paso, cosa que se agradece. Noto que voy con energías de sobra. Ya estamos en el otro lado del río y, casi sin darnos cuenta, llegamos a la media maratón (1h 33'11''). Al cabo de poco tiempo, y sin haberme dado cuenta, vamos sólo Goyo y yo. Paco se ha quedado rezagado. Cerca del km 25, Goyo comenta que tiene que parar un momento (parada técnica). Retrasa un par de km la ''entrada a boxes'', pero lo acaba haciendo, así que me quedo sólo, cuando ya estamos volviendo hacia el centro de Frankfurt. En ese momento veo difícil lo que habíamos previsto al principio de la carrera, que era entrar juntos, pero nunca se sabe. 
Sigo, intentando llevar un ritmo parecido, pero noto que las piernas no van igual y voy perdiendo frescura a cada km que pasa. Del km 30 al 36 se me hace pesado. Las estrategias mentales de refuerzo positivo entran en funcionamiento. En ese momento oigo: ''aquí viene la ayuda''. Me giro y veo a Goyo. ¡Ha conseguido atraparme! Entre eso, y el gel con guaraná y ginseng que me acabo de tomar, recupero las fuerzas, y vuelvo a subir el ritmo. Llegamos al km 39 y noto que Goyo está pagando el esfuerzo que ha hecho. Pero a 3 km eso ya no tiene que importar. Sea como sea tenemos que entrar juntos, así que me pongo a tirar delante, intentando dar ánimos para ''disparar'' la últimas balas de la recámara. Llega el km 41 y creo que Goyo vuelve a estar bien, así que corremos en paralelo. El famoso tío del mazo que muchas veces espera en el km 35, esta vez ha decidido ser un espectador más, y vernos pasar en el km 42, eso sí, sin hacernos nada.




Y por fin llega la recta final. La espectacular entrada a los pabellones de Messe. Decenas de focos nos iluminan mientras atravesamos la alfombra roja. Goyo y yo nos cogemos para entrar.


Miramos el crono. ¡Lo hemos conseguido! Las largas jornadas de entrenamiento han dado su fruto: 3h 10' 02''.
Al cabo de un rato, nos encontramos con Carlos y Paco y sacamos las conclusiones de carrera:

- Carlos mantuvo un buen ritmo de carrera y mejoró el tiempo que había previsto hacer. Al final, un magnífico 3h 17´07''
- Goyo bajó su marca personal en 5 minutos, haciendo un espectacular 3h 10'02''
- Paco, aunque bajó el ritmo, consiguió bajar el tiempo inicial previsto, para acabar con 3h 20´43''.
- Yo acabé también con el tiempo previsto de 3h10'02'', consiguiendo mi segunda marca personal, después de Zürich (3h 8' 40'').


Después de una ducha reponedora y de rellenar el depósito de combustible, en forma de frankfurts, dimos otra vuelta por la ciudad, esta vez con más tranquilidad, y parando para tomar algo.






Una suculenta cena en un restaurante Tailandés, puso punto final a una jornada redonda.

Dia 31

El avión de regreso salía por la noche, así que nos quedó parte del día, para seguir haciendo turismo. La primera parada fue la Main Tower, un edificio acristalado de 200 m. Después de una cola bastante ágil, cogimos el ascensor, que en unos pocos segundos, sube las 56 plantas del edificio. Las dos últimas las subes andando. Las vistas son estupendas. Merece la pena la espera.



A continuación, seguimos hacia la zona centro. Parece otro mundo dentro de la gran ciudad, con sus casitas bajas, la catedral, las tiendecitas de recuerdos y la zona que bordea el río.





Para la hora de comer, entramos en una especie de take away, con un local interior. Ya por la tarde, de vuelta al hotel para descansar un rato y ponernos al día con los wathsaps y con las redes sociales. Horas después, y con un nuevo retraso de Lufhtansa, de vuelta a casa. Nos llevamos buenos recuerdos, algunas anécdotas y como no, pensando ya cual será nuestro próximo destino...

No hay comentarios:

Publicar un comentario