lunes, 26 de febrero de 2024

Lanzarote, la isla privilegiada

 La verdad es que a pesar de haber visto algunos documentales, seguido numerosos blogs y haber hablado con amigos que ya habían visitado la isla, no teníamos muy claro lo que nos íbamos a encontrar. Por el tipo de paisaje, o te gusta mucho, o no te gusta nada. Por suerte fuimos del primer grupo.



Antes de pasar a explicar este viaje que nos llevó por la isla durante una semana, os doy algunos consejos que  deberíais  tener en cuenta,  si viajaís en la misma época que nosotros, en el mes de diciembre.

- Aunque cualquier mes del año es bueno, en lo que se refiere a la temperatura, durante las primeras horas de la mañana y cuando se va el sol, va bien llevar algo de abrigo ligero; un pantalón largo, una chaqueta... ya que hace algo de frío. El resto del día puedes ir en manga corta y con bermudas (o similar).

- Amanece a partir de las 8 h de la mañana más o menos y ya pasadas las 18 h comienza a oscurecer.

- No encontramos grandes colas para visitar los lugares de interés. La excepción es el P.N. del Timanfaya. Ahí si es conveniente ir a primera hora.

- Es imprescindible alquilar un coche para moverse por la isla. No tuvimos problemas para aparcar en ningún sitio.



- La temperatura del agua es fría. Nos pudimos meter en alguna playa , pero no deja de ser el Atlántico. En la piscina del hotel estaba congelada.



- Existen packs de entradas (se compran en taquilla) que seguramente te saldrá a cuenta, ya que puedes ir a las principales atracciones de la isla.

- En diciembre puedes ver algunos belenes de gran belleza, como el de Yaiza.



Y ya, sin más, os paso a explicar lo que hicimos en una de las islas afortunadas:


Playa blanca

No tiene gran cosa para ver, pero está repleta de tiendas y restaurantes, así como un bonito paseo marítimo. Está animada de día y de noche. Nuestro hotel estaba muy cerca del pueblo. También tiene un par de playas bonitas para pasar un rato.



Isla Graciosa:

Se llega con un ferry que se coge en el norte de la isla (en Orzola). En apenas 30 minutos se llega a esta isla paradisiaca. 



Nosotros pasamos toda una mañana, con baño incluido en uno de los rincones más bonitos, la "playa francesa". Durante gran parte del recorrido, supongo que por la época del año que fuimos, parecía que estábamos en una isla desierta. No veíamos a nadie. Desde donde te deja el ferry hasta la playa hay unos 3 km por un sendero prácticamente llano. Cuenta que harás unas cuantas fotos por el camino, ya que el entorno invita a ello. 



Aquí no es que haya muchos servicios, así que recomiendo que llevéis picnic. Si pensáis comer en Orzola, que sepáis que sólo hay abierto un restaurante y que a las 13 h ya está completo.


Caletón Blanco

Playa de aguas cristalinas y muy calmadas. Es como una piscina. Muy cerca de Orzola. El aparcamiento no es muy grande. Supongo que en verano mejor si vas a primera hora. Son muy originales unas "construcciones" que hay hechas en la arena para poner la toalla. Parece lo mismo que hacen para proteger las viñas del viento, en otras partes de la isla.



Mirador del río

Una de las obras de César Manrique, pintor y escultor que llevo a Lanzarote a otro nivel. Os dejo un enlace por si queréis saber más cosas de él:

https://fcmanrique.org/cesar-manrique/biografia/




Casa-museo de César Manrique

Más que por su interés arquitectónico, la visita nos sirve para ver como vivió y donde desarrolló parte de sus ideas este artista. No tardas mucho en recorrer sus estancias. Hay quien recomienda que sea la primera visita para entender lo que verás por la isla.



Jameos del agua

Una de las obras más representativas de César Manrique. Se trata de juntar la creatividad del escultor, con el entorno natural (un tubo volcánico). El resultado, una serie de espacios de gran belleza donde podrás ver: una piscina, un auditorio, una cueva con una laguna,  donde están los conocidos "cangrejos ciegos", un restaurante, un museo... mejor verlo que contarlo.



Cueva de los verdes

Nosotros, que somos "aficionados" a visitar diferentes grutas (cuevas de Nerja, de Benifallet, grutas de San José, ciudad subterránea de Derinkuyu en Turquía, mina de WieliczKa, grandes Canalettes...) tenemos que reconocer que no habíamos estado nunca en una de estas. No son de las más espectaculares, pero es curioso saber como se formaron. La lava circuló por el tubo volcánico. Cuando fue dejando de pasar fue perdiendo nivel, pero el techo se enfrió y se solidificó. Así que nos encontramos que no es una cueva "normal", sinó la cavidad dejada por un tubo volcánico.



Jardín de cactus

No entiendo mucho de plantas, pero me gusta visitar este tipo de sitios. Es increíble ver la cantidad de especies de cactus que existen. Seguro que cada dos pasos haces una foto.



Playa de Famara

No nos bañamos. Simplemente fuimos a ver el atardecer. Por su situación no es el mejor sitio para ver una puesta de sol, ya que éste queda en el lado contrario, pero te invade una sensación de paz, con la gente aprovechando los últimos rayos de sol, o simplemente dando un paseo por la orilla. Bonito lugar.



Playa grande

Esta gran playa está en Puerto del Carmen. Se trata de un pueblo hecho para el turismo. Hay una gran cantidad de restaurantes y tiendas, y la mayoría de gente que ves por allí es extranjera (alemanes, británicos, franceses...). El paseo marítimo es muy animado.

La playa tiene hamacas, pero también espacio para dejar tu toalla.




Salinas del Janubio

Existen visitas organizadas, pero nosotros solo entramos para verlo. Las mejores vistas se tienen desde un par de miradores que hay a la izquierda de la carretera, si vienes de playa Blanca. Como se puede deducir del nombre, es un entorno donde todo gira en torno a la producción de sal.



Los hervideros

Quizás uno de los entornos que más nos gusto de la isla. Se trata de un espacio donde se mezclan las rocas volcánicas, la furia del mar, las cuevas...vamos, todo un espectáculo. Es una lástima que no todo el mundo respete estos espacios naturales y haga "cosas" que pueden dañar el lugar (fotos en zonas prohibidas, llevarse piedras volcánicas...)



Charco de los clicos

También es conocido como el lago verde (obviamente, por el color verdoso que le dan unas algas que crecen allí). Antes de llegar hay un mirador que te permite apreciar la belleza del lago. Incluso puedes hacer una foto en la que aparezca el lago y el mar. Parece una postal.



P.N. del Timanfaya

La visita al parque se hace en autobús. Tienes que dejar el coche en el parking (por cierto, no es muy grande y se llena enseguida. Mejor ir pronto). La visita dura algo más de 30 minutos. Está la opción de hacerla en camello, pero ni siquiera nos lo planteamos. 

Parece que estás paseando por Marte u otro planeta. En el autobús te van explicando curiosidades sobre la zona y la formación de volcanes. También se va parando en determinados lugares para poder apreciar la grandiosidad de ese tipo de paisaje. Es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.





Volcán del Cuervo

Ideal para hacer una caminata fácil, no muy larga y llana, y además poder pasear alrededor del volcán, entrando incluso en su cráter.



Ermita de los Dolores

Nos pillaba de paso y fuimos a visitarla. Lo que más llama la atención es el exterior. Estamos más acostumbrados en España y en la mayoría de ciudades europeas a ver la típica iglesia o catedral gótica, románica... y esta es muy diferente a todo eso, con su fachada exterior blanca.


Casa museo del campesino

Aquí se juntan dos obras de César Manrique: la casa del campesino, con el que quería enseñar como era la vida del campesino en la isla y  el monumento a la fecundidad. La visita se hace en un momento.



Playa del Papagayo

A  pesar de estar el agua fría, nos metimos en este trozito de paraíso. Está flanqueado por una montañas, que evitan que se formen olas y que tampoco haya mucho viento. A medida que avanzaba la mañana se fue llenando más de gente. Aún así en esas fechas es una playa tranquila. Lo más complicado, el camino, ya que es una pista de tierra con muchos baches. Suerte que el coche es de alquiler.

En el acceso a la playa hay dos restaurantes...y poco más.




Castillo de San José

En mi opinión es una visita prescindible. Alberga un museo de arte contemporáneo y un restaurante. Fuimos porque teníamos una entrada con el pack que compramos y además nos sobraba algo de tiempo.



Y eso es todo lo que pudimos ver. Esta isla también es un paraíso para los runners, ya que hay pistas de tierra, senderos en la montaña e incluso carriles bici y amplias aceras para correr. Yo salí varias veces antes del amanecer y no tuve problemas para encontrar caminos iluminados (incluyendo el paseo marítimo de Playa Blanca).





miércoles, 13 de diciembre de 2023

Maratón de Málaga

 Antes de empezar a explicar como fue la carrera, hay dos circunstancias que se tienen que tener en cuenta a la hora de interpretar el planteamiento de este maratón. 



Lo primero es que ya, desde el año pasado, decidí que ya no iba a seguir buscando una marca en concreto. En su momento intenté bajar de 3h (un par de veces), pero no ha sido nunca lo más importante para mi. Obviamente cuando me pongo en la línea de salida es para hacerlo lo mejor posible, pero mis prioridades son otras. No cambiaría esa marca por las experiencias que he tenido corriendo en tantos y tantos lugares (Valencia, Zaragoza, San Sebastián, Bilbao, Sevilla, Zürich, Frankfurt, Praga, Milán, Lisboa, Liverpool, Granada, Murcia, Málaga y por supuesto mi ciudad, Barcelona). Ya desde el año pasado cambié de estrategia. Entrenar a tope, cosa que me motiva, y correr el maratón en función de esos entrenos.

La segunda circunstancia tuvo que ver con algunos problemas físicos, que me hizo cambiar ritmos, frecuencias e incluso sesiones de entreno. De hecho estuve parado dos semanas y media en octubre, y la vuelta fue muy progresiva. De esta manera llegaba justo de kilómetros a Málaga.

Vamos ya al fin de semana de la prueba. La temperatura era alta para la época. Unas máximas en pleno mes de diciembre de 23º. Llegamos temprano a la ciudad. El ritual fue el mismo que en otras ocasiones, y más al no ser la primera vez que visitaba la ciudad (descartamos el turismo). Primero dejamos las cosas en el hotel, luego un desayuno rápido. A continuación un paseo hasta la feria del corredor (por cierto, con bastantes stands). 



Una vez ya con la bolsa del corredor y el dorsal, fuimos a recargar los depósitos con hidratos de carbono (esta vez en forma de Paella). Por la tarde tocó descansar en el hotel, pasando por la calle Larios y la Catedral. 

Finalmente, la cena en un restaurante italiano, y de vuelta al alojamiento.

Día de la carrera

A las 6:30 sonó el despertador. Desayunamos en la habitación. Después comprobamos que llevábamos todo lo necesario (ropa, geles, dorsal...) y dejamos el hotel. A esa hora hacía fresco. Calentamos un poco y nos fuimos a la salida. Como he dicho antes, esa preparación fue diferente, así que un par de semanas antes pensé que haría los primeros km por sensaciones, a un ritmo que pareciera bastante cómodo. De esta manera, para tener una referencia, me puse con la liebre de sub 3h, consciente de que no podría seguir su ritmo toda el recorrido, pero que me podía hacer correr cómodo durante un buen rato. Y esto fue lo que pasó:

Inicio hasta km 5

Salgo detrás de la liebre. Paco se va hacia delante. Voy cómodo, pero noto que no podría seguir ese ritmo durante 42 km, y me dejo caer al final del grupo, perdiendo algo de distancia. Alguien comenta que va muy rápido y miro el GPS por primera vez en el km 3. Vamos a 4´05". Ya decía yo! De repente veo que poco a poco me voy acercando. Ha levantado un poco el pie del acelerador. Me uno al grupo sin problemas, y antes del km 5, alcanzo a Paco. 



km 5 a media maratón

El recorrido es bastante llano. En ocasiones me apetece hasta ir más rápido, pero creo que es mejor seguir con la liebre. Me sigo encontrando muy cómodo. Paso la mitad de la prueba en 1h 29' 08". No sé por donde va Paco, pero sé que se ha quedado algo retrasado.



km 22 a 24

Las piernas, concretamente los cuádriceps, se me empiezan a cargar. No voy mal de pulsaciones, pero la falta de km en los entrenos empieza a hacer mella pronto.


km 25 a 30

Bajo un poco el ritmo, pero las molestias van creciendo en los cuádriceps. Me molesta más bajar que subir. El ritmo va decayendo.


km 31 al final

Me pongo a un ritmo donde se minimizan un poco las molestias, en torno a 4'48"el km. Calculo que si sigo así, puedo bajar de 3h 10´, que sería todo un éxito dadas las circunstancias, y que colocaría esa carrera en el top 3 de mis maratones.

Y es de esta manera que mantengo un ritmo constante hasta la meta. Finalmente 3h 8' 48", a 9" de mi segunda mejor marca.



Sigo pensando al cabo de los días, que como dice mi amigo Rafa, colocarse en la línea de salida es ya todo un éxito.

Pero bueno, acabo de explicar brevemente el resto del día.

 Cuando llego al guardarropa espero a Paco que llega muy cansado. Ha hecho un tiempo de 3h 25'. Como podemos, vamos a un gimnasio de la ciudad (que por cierto nos dejan duchar gratis). Es una lástima que una prueba como esta no ponga servicio de duchas. Después una excelente comida en un restaurante Japonés, y de vuelta a casa el mismo día (con retraso de 2 horas del vuelo incluídas).



Y es curioso como, todavía con agujetas mientras escribo estas líneas, ya estoy pensando en la próxima Maratón en el mes de Abril. Manchester nos espera!!!




lunes, 4 de diciembre de 2023

Ibiza, más allá que una isla "de fiesta"

 Seguramente si planteas un juego de esos de asociación de palabras, en los que dices lo primero que te viene a la cabeza, y dices "Ibiza", mucha gente la asociará con la palabra "fiesta". Alejándome de esa idea hoy os explicaré mi experiencia en la isla, centrada sobre todo en la visita a las diferentes playas y calas. Empecemos!!!

Cala Salada y cala Saladeta

Seguramente de las más bonitas, pero también de las más masificadas. Llegamos un poco después de las 10 de la mañana (muy tarde pero estábamos condicionados por el desayuno del hotel). Aparcamos en el polideportivo de Can Coix y desde allí cogimos un autobús hasta la cala (te deja a unos 200 m). La razón, es que el parking de la cala es muy pequeño, y a partir de las 9:30 la carretera (en temporada alta) está cortada. En el polideportivo hay aparcamiento de sobras. Pero lo realmente difícil fue encontrar un sitio libre para poner la toalla. Seguramente en otra época del año, con sus aguas turquesas, parecería el paraíso, pero allí como sardinas en lata, perdía algo de encanto. Hay servicio de socorrismo.



Cala d'hort

A pesar de ser una cala pequeña, pudimos aparcar bien en una zona gratuita, de tierra, antes de bajar al pequeño parquing a pie de playa. Hay una amplia zona de hamacas que quita mucho sitio a los que vamos con la toalla. El agua, como casi en toda la isla, parece una piscina. Hay unas vistas muy bonitas de la pequeña isla de Es Vedrá.



Cala Benirrás

Dicen que este lugar tiene algo mágico...y no defraudó. Tuvimos la suerte de aparcar en el único sitio que quedaba libre antes de llegar al parking. Tiene todo tipo de servicios e incluso alguna pequeña parada de ropa. Pero lo verdaderamente impresionante, son las puestas de sol (por eso fuimos por la tarde). El sol empieza a ocultarse y el cielo va adquiriendo unos tonos anaranjados y rojizos espectaculares. Además hay gente tocando el tambor coincidiendo con esta puesta de sol. Había leído que esto pasaba los domingos. Pero era un sábado y también sucedió.



Playa de las Salinas

Hay un amplio aparcamiento de pago para dejar el coche (no hay opción B). Dicen que es la playa de los famosos. Su gran extensión hace, que aún en temporada alta, encuentres sitio fácilmente. Hay una zona de hamacas amplia y lugares para tomar algo o comer. Se pueden ver también diferentes embarcaciones ancladas. Me di un paseo para ver si veía a alguien conocido, pero no era el día. De tanto en tanto se iban paseando promotores de las discotecas "Chic" de la isla, como Ushuaia.



Aparte de llevar la toalla, si quieres ahorrar algo, pasáte antes por el supermercado de Can Pep Tixedo. Te hacen unos bocatas con pan recién hecho y embutido recién cortado, espectaculares.


Cala de San Vicente

Después de un camino de curvas, te encuentras esta cala (tamaño casi de playa) que fue una de las que más nos gustó. Hay aparcamientos gratuitos, pero tampoco van sobrados. Su forma hace que sea una cala de aguas tranquilas, con el agua transparente.Hay mucho sitio para ponerse. También tienes diferentes lugares para comer, eso sí, caros como todo en la isla. Es conveniente reservar para asegurarte de que tienes sitio.



Cala Llonga

No estaba en nuestros planes, pero decidimos pasar allí un rato por la tarde. Aparcar es fácil, ya que hay un gran parking público gratuito en un descampado. Al ir por la tarde te tienes que poner de espaldas al mar, si quieres tomar el sol. Puede que esta cala es la que tenía el agua menos limpia y clara de todas las que visitamos.


Playa es canar 

No está masificada. Es una extensa playa de aguas tranquilas que está en el mismo pueblo de Es Canar, donde teníamos el alojamiento.

 

Si buscas tranquilidad, pero a la vez un lugar con algunas tiendas, hoteles, restaurantes y algún lugar para tomar un cóctel por la noche, éste es tu lugar.



Cala Conta

Hay que dejar el coche un poco lejos, en un aparcamiento de tierra gratuito. La cala es también una de esas de postal, de color turquesa intenso. Lo malo es que cuando fuimos, un grupo de medusas decidió también estar por la zona. Pudimos refrescarnos un poco los pies, pero poco más. 



Y además...

Podéis ver que la mayor parte de nuestro tiempo la empleamos en descansar en las diferentes calas y playas, comer bien, pasear...



Aparte de eso quiero destacar alguna cosa más que se puede hacer:

- Visitar algún mercadillo Hippie. El de Es canar son apenas dos calles muy pequeñas. Yo no iría allí expresamente. Al estar alojados en la zona dimos una vuelta por la noche. En 10 minutos estaba visto. El de las Dalias ya es otra cosa, ya que tiene muchas tiendas de todo tipo, además de algunos lugares para comer o tomarse algo.



- Dalt Vila es el casco antiguo del pueblo de Ibiza. Aunque no destaco ningún edificio o monumento, si merece la pena callejear por sus calles empedradas, con sus casas blancas y algunas tiendas. Aunque la subida cueste un poco, merece la pena por las vistas que tienes desde diferentes miradores.



Y aunque nosotros no fuimos "de fiesta" no descubro nada nuevo si digo que en la isla hay numerosas discotecas de esas que en verano están en pleno apogeo y tienen tanto atractivo para mucha gente, como el Ushuaia o la Pachá.

Una tarde también fuimos paseando cerca de la playa de Sant Antoni. Existen muchos lugares para ver la puesta de sol en Ibiza, pero aquí hay uno de los más míticos de la isla, el café del mar. Lo vimos por la tarde, así que nos perdimos esa "magia". 



Nos salió más barato ver ese espectáculo en la cala Benirrás.

Muchas compañías ofrecen coches de alquiler. Sin duda es la mejor manera de recorrerte la isla. 

Y esa fue nuestra experiencia en la isla.




domingo, 26 de noviembre de 2023

Tesoros de Turquía

 Para esta ocasión decidimos hacer un viaje organizado, de esos que ves muchas cosas en poco tiempo. Es verdad que es un tipo de viaje que te da menos libertad de movimiento, pero que te hace ganar tiempo en transporte, e incluso en las colas a algunos lugares. Os explico como fue la ruta.



El primer día llegamos tarde a Estambul, y nos dio el tiempo justo para dar un paseo corto, pero que ya dejaba pistas de lo que nos íbamos a encontrar (y aunque parezca lo contrario, lo digo positivamente): una ciudad masíficada, mezcla de diferentes culturas, con muchos contrastes si hablamos de arquitectura, y caótica (coches pitando, multitud de gente por las aceras...). Para contrarestar, ese primer día ya pudimos disfrutar  de la primera mezquita del recorrido, la de Fatih.



Y con este breve paso por la ciudad, tomamos rumbo a la Capadocia. Los últimos días del tour, volveríamos a disfrutar de esta gran urbe.

El camino se hizo largo, ya que recorrimos más de 700 km en autocar. Por suerte, la ruta deparó algunas sorpresas, como el Mausoleo de Atatürk, donde pudimos ver uno de esos cambios de guardia típicos de muchos paises europeos. Desde allí tienes una buenas vistas de Ankara. El recinto es amplio. 



Otra parada interesante, antes de llegar a la Capadocia, fue la de las salinas de Tuz Gölü, un lago salado de 48 km de largo y 80 km de ancho, por el que puedes caminar.



 Llegamos de noche al hotel, así que a cenar y a dormir para coger fuerzas.

El día en Capadocia fue uno de los más espectaculares. Por todos lados veías esas formas tan peculiares, típicas de las postales. En nuestro caso visitamos el Valle de Göreme, el Valle de Avcilar, con una panorámica increíble de las "Chimeneas de las hadas", y por último el valle de Guvercinlik, uno de los más conocidos de la región. Y aunque no lo hicimos, mucha gente madrugó para hacer un vuelo en globo. 



Ya por la tarde, hicimos una visita a la ciudad subterránea de Derinkuyu, no apta para claustrofóbicos. Es un auténtico laberinto de túneles, que llegó a estar habitado por unas 20000 personas (casi nada). Allí tenían todo lo necesario para no tener que salir en semanas al exterior.



Y por la noche, fuimos a uno de esos lugares "diseñados" para el turismo, pero que en esta ocasión no nos defraudó. Una especie de sala donde nos deleitaron con bailes típicos, mientras podíamos degustar bebidas locales.

https://youtu.be/tUd0im93kH0


Al día siguiente tocaba volver a la carretera. Nos separaban algo más de 600 km hasta Pamukkale. Este recorrido se hizo un poco más pesado, ya que lo único que vimos fue un "caravansarai", una antigua edificación que utilizaban la gente de las caravanas que hacían grandes viajes para descansar, comer...



Llegamos a las 8 de la tarde-noche. Cenamos y todavía nos dio tiempo a darnos un baño en las piscinas termales del hotel. Un gran premio a una larga jornada.


La siguiente parada, otro de esos lugares que también salen siempre en las típicas postales de Turquía, Hierápolis, con su famoso "castillo de algodón", maravilla natural de gigantescas cascadas blancas, estalactitas y piscinas naturales formadas a lo largo de los siglos por el paso de las aguas, cargadas de sales calcáreas procedentes de fuentes termales...aunque no es oro todo lo que reluce. Nos encontramos que las piscinas estaban vacías.

 Por suerte, en el lado opuesto, había otras en las que podías meter los pies. En esa zona hay que ir con mucho cuidado para no resbalarse.


Pero eso no es lo único para ver en Hierápolis, ya que se trata de un recinto, al estilo de las ruinas de Ampurias, pero que además tiene uno de los anfiteatros romanos mejor conservados que existen. Me recordó mucho al de Mérida.



La siguiente parada de la ruta tampoco defraudó. Se trata de Selcuk, en el centro de Éfeso,  la ciudad antigua mejor conservada de Asia Menor que durante los siglos I y II tuvo una población de 250.000 habitantes y monopolizó la riqueza de medio oriente. Está también muy bien conservada. Allí se puede visitar el Templo de Adriano, los Baños Romanos, la Biblioteca, el Odeón y el Teatro.



 Muy cerca de allí está la "Casa de la Virgen María", lugar donde se dice que pasó los últimos años de su vida (aunque parece ser que la iglesia católica discrepa en este punto).

Y después de este bonito recorrido tocó volver a Estambul, esta vez sí, para verlo con calma, si se puede decir eso de una ciudad de más de 15 millones de habitantes.

Como ya dije al principio del post, la ciudad de Estambul está llena de contrastes. Lugares tranquilos y otros caóticos (los que más), edificios antiguos y edificios modernos, diferentes religiones...

Aunque tiene una gran extensión, la recorrimos casi toda a pie, ya que lo más significativo de la ciudad está relativamente cerca. Algunos lugares son de pago y otros gratis. No quiero hacer aquí una guía de viaje, así que más que explicar lo que vais a ver, os daré algún consejo de visita.

Santa Sofía

Bonita por fuera y espectacular por dentro. Es conveniente estar a primera hora, porque se forman grandes colas para entrar (aunque van rápidas). Como en todas las mezquitas, hay unas normas a tener en cuenta: piernas tapadas, hombros cubiertos y descalzarse.



Mezquita azul

En mi opinión más espectacular por fuera que Santa Sofía. Por dentro, pues con mucho encanto, pero si tuviera que elegir me quedaba con Santa Sofía. Por suerte no hay que elegir. Puedes disfrutar de las dos. Las colas aquí van rápidas.



Palacio Topkapi

No había mucha cola para entrar. Es un complejo con muchos edificios, museos y jardines. A ritmo tranquilo se pueden ir fácilmente un par de horas o más. Merece la pena invertir ese tiempo. Hay que pagar entrada.



Cisterna Basílica

Personalmente lo recomendaría, ya que es un edificio subterráneo, seguramente diferente a lo que hayas podido ver. El juego de luces le da algo mágico al lugar. También se paga entrada.



Hipódromo

Realmente en la actualidad es una plaza en la calle. Hay algún monumento que recuerda lo que fue ese lugar en la actualidad.



Gran Bazar

Un lugar para perderse con 80 calles y más de 4000 tiendas. Lo mejor es ir callejeando, sin rumbo. Al final las tiendas que te encuentras son casi las mismas y los precios parecidos...aunque funciona el regateo. Hay de todo.



Bazar egipcio o de las especias

Más pequeño que el anterior y más centrado en la alimentación. Podrás encontrar todas las especias que te imagines. Muy barato no es.



Crucero por el Bósforo

A nosotros, al ir en viaje organizado, nos entraba con el recorrido que hacíamos. Igualmente, en el embarcadero, hay diferentes compañías que lo ofertan. La vista que tienes de la ciudad es espectacular desde allí, y encima vas sentado. Una experiencia que hay que vivir.



Puente de Gálata

Cruzándolo vas de la parte antigua a la parte moderna (y de Europa a Asia). Además tienes una buena vista de la ciudad. Si te coincide con la hora de comer, puedes hacer allí una parada en alguno de sus restaurantes. Si está anocheciendo, verás desde allí uno de los mejores atardeceres.



Mezquita Rüstem Pasha

No es tan conocida, pero si tienes tiempo visítala. Tiene una decoración con azulejos que no te dejará indiferente.


Torre Gálata

Aunque no subimos, la pongo en la lista por ser uno de los lugares que aparecen en las guías. Pagar 25 € por contemplar la ciudad me pareció excesivo. Hay otros sitios en los que puedes hacer lo mismo y gratís.


Istiklal Caddesi

Calle comercial que te lleva hasta la conocida plaza Taksim. Hay muchas tiendas...y una de las pocas iglesias católicas de Estambul. De aquí recomiendo una parada en la pastelería Mustafa. Tiene unos pasteles increibles.


Naturalmente, una gran ciudad como Estambul ofrece muchas más cosas de las que vimos, como el café de las alfombras, los baños turcos u otras mezquitas. De igual manera, paseando sin rumbo por la ciudad, pudimos ver parques, calles, monumentos...que aquí no he mencionado, pero de gran belleza. Como digo siempre, lo mejor es verlo todo con tus propios ojos.